- En ocasiones, cuando la luna mira de frente, con su cara de otana, pálida y regordeta o cuando sonríe de oreja a oreja, entusiasmada, la Rata del asfalto se siente necesitada de utilizar "sus palabros" favoritos. Son esos días raros, que todos tenemos de vez en cuando, en los que sentimos unas ganas terribles de crear, inventar... algo que refleje nuestros pensamientos más íntimos. Es lo que la Rata llama días "tontonez". Algunas veces le da por "torralbear". Este verbo significa que habla de los suyos, de su familia. Otras, le da por "amiguear" y entonces relata destrezas, aventuras o historietas vividas con los amigotes de toda la vida. En este apartado suele incluir las gracias de los "Bichez". Casi siempre tiende a "alavesear", que es cuando el corazón se le abre de par en par y deja pasar los aires vitorianos y alaveses, con todo lo imaginable que encierra este apartado.
A estas alturas quien conoce a la Rata del asfalto, es porque ha leído algo de ella y por consiguiente sabe que la Rata del asfalto soy yo.
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