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lunes, 18 de abril de 2011

PAGAR PRECIOS DE PRIMERA Y MEAR COMO DE TERCERA

     Vitoria, ciudad verde, que en ocasiones es más bien negra, es bonita, muy bonita y como es "mía" la quiero con locura. En algunos locales de copas del centro y de la Plaza de España, donde el glamour revienta las paredes, hay cosillas que dejan bastante que desear. Entramos, hablamos, nos reímos, bebemos, ligamos, bailamos, miramos, nos miran, nos divertimos, lo paamos genial y también... (aquí viene lo complicado),  meamos, porque los glamorosos, por desgracia, no somos esencia pura.
     En todos estos lugares pagamos lo que no está escrito por las consumiciones y ¿cómo meamos? Pues a duras penas. No me extraña que haya quienes lo hagan en la calle, a mí me empiezan a dar ganas.
     Por poner algunos ejemplos, en el aseo de señoras del Café Moderno falta el pestillo, desde los tiempos que reinó Carolo; en uno de los aseos de señoras del Molly hay que entrar con barca, porque la bombilla falta o está fundida y una tiene que hacer equilibrios para hacer canasta. En el aseo de señoras del Plaza, el papel higiénico vive permanentemente en un inódoro, desde hace mil años y la tapa del WC se la debieron de llavar de recuerdo. En el Mario's no se puede entrar a tomar una copa desde enero porque las cañerías cantan La Traviata. Todos estos glamurosos locales son frecuentados por nuestros políticos y sus muy requeteglamurosas señoras. Lo que ignoro es cómo se arreglaran estas encopetadas damiselas para hacer un pis en semejantes tugurios. Hay un local donde en el aseo de señoras casi se podrían comer sopas: en el HF, alguno tenía que ser diferente.
     He llegado a una amarga conclusión: pagamos precios de cuidad europea de lujo y nos tenemos que conformar con mear en antros tercermundistas de tercera regional.