Si en enero pudieras añadir un motivo más en tu vida para sonreír, serías más feliz.
Si en febrero, te mostrases más paciente con las personas mayores, lograrías paz interior.
Si en marzo te decidieras por estrenar primavera, verías lo ventajoso de correr riesgos.
Si en abril saltaras por los charcos, retornarías al mundo infantil.
Si en mayo consiguieras enfadarte un poco menos, el estrés menguaría.
Si en junio lucieras como el sol, los de alrededor te lo premiarían.
Si en julio te dejaras arropar por el calor, alguien te lo agradecería.
Si en agosto, de cada día hicieras una fiesta, tu corazón rejuvenecería.
Si en septiembre aprobaras al amor, éste jamás te predicaría.
Si en octubre pintaras un cuadro de hojas secas, renacerías a los recuerdos.
Si en noviembre pensaras en todos los que se fueron, el pasado viviría en tu presente.
Si en diciembre te empeñases en tener únicamente buenos deseos, te implicarías al cien por cien con la vida.
No se trata de que sigas al pie de la letra estos consejos, ni que le pongas este orden a tu nuevo año, pero si consiguiéramos alcanzar alguna de estas metas... rascaríamos un poco más de felicidad y sería como un pequeño pellizco de lotería.
Que tu Navidad sea espléndidamente feliz y que todos tus objetivos se cumplan en 2017.
Vistas de página en total
miércoles, 21 de diciembre de 2016
jueves, 28 de julio de 2016
DE ANIVERSARIO
Chicas, estamos de aniversario. Nuestro primer aniversario.
A lo largo de este año, hemos construido un puente de roca sólida, bien anclado en la diversidad y con tintes de tolerancia. Nos movemos entre ilusiones comunes, día a día, aumentan nuestras ganas de vivir y potenciamos las alegrías vigorosas.
Somos un grupo diverso en ideas, peculiar en gustos, en su totalidad divertido. Somos extremas con nuestros equipos deportivos, fuertes ante los acontecimientos exteriores, cercanas, aún separadas por kilómetros, dispuestas a defendernos con uñas y dientes. Nos reflejamos unas a otras en los ojos virtuales del WatsApp. Nos teletransportamos a otros mundos más o menos lejanos, que en cada jornada se nos antojan más cercanos. Nos agasajamos. Nos jactamos con innovador orgullo de nuestros años escolares, donde comenzamos ese camino largo, con infinidad de bifurcaciones, que nos han vuelto a aproximar de la mano de las tecnologías a las que nos subimos con más o menos acierto.
Nos dolemos de los aciagos sucesos que nos amargan el día a día. Unimos nuestros sueños y como la edad nos lo permite, nos reímos de nosotras mismas, con la sinceridad propia de quien bien se conoce. Disfrutamos con los triunfos de vuestros hijos y lloramos con los adióses de nuestros mayores. Confraternizamos con vuestras mascotas y utilizamos el buen humor como arma defensiva. Nos solidarizamos con el futuro, aunque se aproxime incierto. Crecemos porque estamos juntas, porque hemos tejido lazos irrompibles de amistad, porque gestamos nuevos encuentros...
Muchas felicidades a todas por estar, por cautivar el silencio, por permanecer alertas. Por hacernos compañía y sobre todo por nuestra amistad.
A lo largo de este año, hemos construido un puente de roca sólida, bien anclado en la diversidad y con tintes de tolerancia. Nos movemos entre ilusiones comunes, día a día, aumentan nuestras ganas de vivir y potenciamos las alegrías vigorosas.
Somos un grupo diverso en ideas, peculiar en gustos, en su totalidad divertido. Somos extremas con nuestros equipos deportivos, fuertes ante los acontecimientos exteriores, cercanas, aún separadas por kilómetros, dispuestas a defendernos con uñas y dientes. Nos reflejamos unas a otras en los ojos virtuales del WatsApp. Nos teletransportamos a otros mundos más o menos lejanos, que en cada jornada se nos antojan más cercanos. Nos agasajamos. Nos jactamos con innovador orgullo de nuestros años escolares, donde comenzamos ese camino largo, con infinidad de bifurcaciones, que nos han vuelto a aproximar de la mano de las tecnologías a las que nos subimos con más o menos acierto.
Nos dolemos de los aciagos sucesos que nos amargan el día a día. Unimos nuestros sueños y como la edad nos lo permite, nos reímos de nosotras mismas, con la sinceridad propia de quien bien se conoce. Disfrutamos con los triunfos de vuestros hijos y lloramos con los adióses de nuestros mayores. Confraternizamos con vuestras mascotas y utilizamos el buen humor como arma defensiva. Nos solidarizamos con el futuro, aunque se aproxime incierto. Crecemos porque estamos juntas, porque hemos tejido lazos irrompibles de amistad, porque gestamos nuevos encuentros...
Muchas felicidades a todas por estar, por cautivar el silencio, por permanecer alertas. Por hacernos compañía y sobre todo por nuestra amistad.
martes, 12 de abril de 2016
CAJÓN DE SASTRE
Tengo un enorme cajón de sastre y en la carpeta de "COSAS IMPOSIBLES DE OLVIDAR", he metido algunos días del mes de abril. ¡Quién fuera tan afortunado como el bueno de Sabina!... Si alguien se atreviera a robarme algunos días de abril, prometo no denunciarle.
Que se lleve los días de mis lágrimas, las noches interrumpidas, el amanecer sin fuegos artificiales, los sueños despiertos, las horas amargas, la lluvia de mis ojos, la pena, que pese al tiempo pasado, se empeña en acompañarme, los ratos injustos de la familia y los amigos... ¡Abril se torna tan aciago para algunos de nosotros!
Me quedo con tus sonrisas, con tus dichos y ese humor tan particular y tan tuyo, con tu manera sana y tan presente de vivir la vida, con tus ganas de aprender, con tu flaca memoria y sobre todo con tu bondad.
Me quedo con los rostros de las fotografías que no van a envejecer, con los cumpleaños, que no dejamos de celebrar, con las fiestas, siempre con las fiestas y las horas de ocio.
- "¡No piensas más que en fiestas!" - dirán algunos.
- "¿En qué quieres que piense, sino en lo que tú, papá, me enseñaste, a vivir a pierna suelta, a disfrutar a cada segundo, a sacarle chispas a la vida, a pensar siempre en positivo, a vestirme de sonrisas y a perder de vista... a las horas muertas.
Que se lleve los días de mis lágrimas, las noches interrumpidas, el amanecer sin fuegos artificiales, los sueños despiertos, las horas amargas, la lluvia de mis ojos, la pena, que pese al tiempo pasado, se empeña en acompañarme, los ratos injustos de la familia y los amigos... ¡Abril se torna tan aciago para algunos de nosotros!
Me quedo con tus sonrisas, con tus dichos y ese humor tan particular y tan tuyo, con tu manera sana y tan presente de vivir la vida, con tus ganas de aprender, con tu flaca memoria y sobre todo con tu bondad.
Me quedo con los rostros de las fotografías que no van a envejecer, con los cumpleaños, que no dejamos de celebrar, con las fiestas, siempre con las fiestas y las horas de ocio.
- "¡No piensas más que en fiestas!" - dirán algunos.
- "¿En qué quieres que piense, sino en lo que tú, papá, me enseñaste, a vivir a pierna suelta, a disfrutar a cada segundo, a sacarle chispas a la vida, a pensar siempre en positivo, a vestirme de sonrisas y a perder de vista... a las horas muertas.
miércoles, 10 de febrero de 2016
ADIÓS, DANKO
Grande como un oso, negro y peludo, mimoso como un bebé, alborotador y alegre como una criatura de corta edad, cariñoso y tierno... uno más en la familia.
Fiel como sólo lo es un buen amigo, inteligente como un humano, guapo entre los guapos, con unos ojazos que miraban curiosos a través de mechones ensortijados de suave y largo pelo.
Gracioso, divertido, majete, atractivo, moreno, enorme, leal, entrañable, sincero,fraternal, efusivo, simpático, lisonjero, saltarín, natural... Nada en él era ficticio, sin rastro de hipocresía, porque era un perro... ¡nuestro perro!, al que sólo le faltaba hablar.
Era un schnauzer gigante, de corpachón enorme y extraordinario espíritu, que hoy ha emprendido un largo viaje sin retorno. Su alma inquieta y noble correteará por la llanada alavesa.
Se llamaba Danko, Dankito para los íntimos, los que no te olvidaremos.
Fiel como sólo lo es un buen amigo, inteligente como un humano, guapo entre los guapos, con unos ojazos que miraban curiosos a través de mechones ensortijados de suave y largo pelo.
Gracioso, divertido, majete, atractivo, moreno, enorme, leal, entrañable, sincero,fraternal, efusivo, simpático, lisonjero, saltarín, natural... Nada en él era ficticio, sin rastro de hipocresía, porque era un perro... ¡nuestro perro!, al que sólo le faltaba hablar.
Era un schnauzer gigante, de corpachón enorme y extraordinario espíritu, que hoy ha emprendido un largo viaje sin retorno. Su alma inquieta y noble correteará por la llanada alavesa.
Se llamaba Danko, Dankito para los íntimos, los que no te olvidaremos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)