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martes, 12 de abril de 2016

CAJÓN DE SASTRE

   Tengo un enorme cajón de sastre y en la carpeta de "COSAS IMPOSIBLES DE OLVIDAR", he metido algunos días del mes de abril. ¡Quién fuera tan afortunado  como el bueno de Sabina!... Si alguien se atreviera a robarme algunos días de abril, prometo no denunciarle.
   Que se lleve los días de mis lágrimas, las noches interrumpidas, el amanecer sin fuegos artificiales, los sueños despiertos, las horas amargas, la lluvia de mis ojos, la pena, que pese al tiempo pasado, se empeña en acompañarme, los ratos injustos de la familia y los amigos... ¡Abril se torna tan aciago para algunos de nosotros!
   Me quedo con tus sonrisas, con tus dichos y ese humor tan particular y tan tuyo, con tu manera sana y tan presente de vivir la vida, con tus ganas de aprender, con tu flaca memoria y sobre todo con tu bondad.
   Me quedo con los rostros de las fotografías que no van a envejecer, con los cumpleaños, que no dejamos de celebrar, con las fiestas, siempre con las fiestas y las horas de ocio.
   - "¡No piensas más que en fiestas!" - dirán algunos.
   - "¿En qué quieres que piense, sino en lo que tú, papá, me enseñaste, a vivir a pierna suelta, a disfrutar a cada segundo, a sacarle chispas a la vida, a pensar siempre en positivo, a vestirme de sonrisas y a perder de vista... a las horas muertas.