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martes, 6 de febrero de 2018

ADIVINA EL PERSONAJE

   Sin un pelo, no se puede decir de listo, porque es justo declarar que es más inocentón que un cubo, atontolinado de nacimiento, en ocasiones si que se le despierta  cierta astucia. Poco se conoce de su infancia y adolescencia aunque en algunas versiones se dice que nació en un pueblo recóndito de Valladolid. Muchos pensarán que es oriundo de Barcelona pero muy pocos aseguran que sea catalán. Poco se conoce de sus ancestros, salvo que tuvieron que abandonar su lugar de nacimiento (en este caso se cita otro municipio), debido a una querencia del joven, mal interpretada por los vecinos de esta localidad. De su adolescencia apenas se saben dos o tres cosas, una de las más reseñables es que en una época fue apodado "el Melenudo". A día de hoy, me atrevo a asegurar que es un hombre que levanta pasiones, aún teniendo la cabeza como una bola de billar, luciendo gafas, que soporta sobre su prominente nariz y vistiendo siempre una indumentaria bastante anticuada y poco apropiada para cualquier cosa. Nunca ha aumentado ni una sola dioptría, pero tampoco ha optado por usar lentes de contacto que den mejor aspecto a su extraño rostro. Acaba de celebrar su sesenta aniversario y sigue trabajando..., bueno, ahí continua, metiéndose en innumerables líos y saliendo como puede de ellos. Tiene un fiel compañero, que se cree más inteligente que él pero que es igual de palurdo. La realidad es que nada serían uno sin el otro. Ambos viven en una pensión de mala muerte y en ocasiones han sido acusados de homosexuales. Son unos pobres diablos, explotados en su día a día, en un trabajo en el que cobran una miseria, son despreciados por un superior déspota, que no se corta un pelo, a la hora de usar la violencia contra sus pobres cuerpos.  Son los españoles que más veces han perdido los dientes y no precisamente los de leche. A pesar de estos sesenta años dando el callo, sin vacaciones ni descanso semanal, no son considerados viejos, desde luego, no para jubilarse.
   Pese  a todo lo disparatado que le rodea, es buena persona, divertido y gracioso, ingenuo y tierno, niño, joven, maduro o viejo, feliz y suspicaz, agradable al trato y enamoradizo. A su manera, cuenta con innumerables recursos para salir ileso de cualquier situación y sobre todo es buen compañero... He compartido su vida y sus miserias, me he hecho compañera en sus desgracias, me ha acompañado toda la vida y puedo confirmar que le quiero con locura.