A estas alturas de mi vida puedo asegurar que me conformo con poco pero no con cualquier cosa...
Aspiro a contar con buenos compañeros de camino, esos pocos incondicionales, que me conocen, que saben lo que cruza mi pensamiento solo con un vistazo rápido...
Anhelo que el sol me regale algunas caricias en cada verano, cobijarme en el embrujo de una buena sombra en los días tórridos, ampararme bajo un paraguas sin goteras en los aguaceros impulsivos, clamar a voz en grito "esto no tiene precio", cada vez que pueda compartir tu alegría, unas cañas o el susurro del silencio en una tarde tranquila...
Ambiciono disfrutar de los míos, que se acuerden de mi si falto a las citas, que no se me apague la sonrisa, que nunca me duela más el alma que las cervicales y que no se me apolillen los recuerdos...
No codicio que me toquen millones en la lotería pero si que millones de ideas se apretujen en mi mente, que las musas me visiten, rodearme de gente guapa por dentro, con esa transparencia calmada que otorga la belleza de unos ojos profundos y una sonrisa sincera...
No añoro amores eternos pero exijo que me miren de frente, que las miradas se encuentren en armonía con las mías, que me seduzcan el corazón, que me mimen a sorbos lentos, que paladeen mi aliento...
Sueño con que los entrañables me valgan lo mismo para beber tristezas, carcajadas o pisar charcos, pero imprescindible es que tengan los brazos largos para envolverme en cariño...
Pretendo seguir equivocándome, tener la oportunidad de pedir perdón, que se me permita traicionar al olvido y que no recuerde los malos momentos, que no me encuentre sola pero que me encuentren los que me busquen, que la sed de justicia no me abrase la garganta y que me bailen las palabras en la mirada...
Agradezco al destino el buen momento en que me fui a tropezar con cada uno de los "mios"...
Me aferro a que cada amanecer me siga pareciendo un prodigio y que mis sueños nocturnos y diurnos prosigan viajando sin límites ni fronteras...