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martes, 7 de mayo de 2019

      Sestea el tiempo
en jergones delirantes,
amodorrado en tu sueño perfecto,
anhelando recuerdos, arrullando sonrisas,
respirando tus gestos.

   Se acurrucan las horas tardías
entre las sombras del destino,
relegando la levedad
del calor frío de la primavera incipiente.

   Se adormece el crepúsculo
ajusticiando el abatimiento,
se regocija la maltrecha ventura,
se aniquila la alborada,
se tuerce la vida,
reverdece la memoria...
   Peregrinas, regresan las lágrimas...
  
   Ese tiempo aletargado 
de mediados de aquel abril quejumbroso,
que me confiscó tu presencia.