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martes, 10 de noviembre de 2020

SOSEGADA

       Sosegada, mantenía la mirada sosegada. En las últimas semanas, experimentó un empeoramiento apreciable a simple vista. Ella, que tantas veces manifestó que la vida era un devenir entre incontables alegrías y algunos llantos, permanecía inerte, mientras que sus pequeños ojos dejaban escapar lágrimas de dolor. Ella, que aseguraba que para vivir la vida a tope, tan solo era preciso sonreír de continuo, ahora se arrastraba en un rictus sombrío, próximo a una mueca de dolor persistente. Ausente subsistía su sonrisa suave.

   Sosegada, observaba el movimiento callejero. Los ojos imperturbables, no se fijaban en nada. Remotas las ideas que se negaban a navegar por su mente.

  Sosegada, se dejaba experimentar inútilmente, entregando el cuerpo macilento, ese mismo que antaño fue vigoroso, activo y vivo, sobre todo vivo.

   Resignada, esperaba la llegada del futuro incierto, que abarcaba únicamente al minuto siguiente, a la próxima tarde oscura, a la noche eterna, al sueño perpetuo, sin albergar la esperanza de que pudiera acontecer algo extraordinario.

   Suspiraba de tanto en tanto, sumisa, casi plácida, susurrando oraciones, las que aprendió siendo niña y a cuyas letanías se aferraba, asegurándose la salvación divina. A veces, dirigía la mirada trémula a los rostros compañeros y opacos y en silencio agradecía su paciencia infinita.

      Sosegada fue su última mirada.

      Inapreciable percibieron su último suspiro.

  Irreconocible, su último guiño de pasiva esperanza.

     Sosegada, emprendió el último viaje.

    Increíblemente fuerte resultó su último apretón de manos.

    Sorprendentes, sus últimas palabras: gratitud a manos llenas.

  En un arranque solidario, por otorgarle el don de la partida digna, suplicaron al hacedor de la vida que desconectase su último aliento de energía. 

  Aunque le faltaban fuerzas para partir en soledad, se fue en paz. Después, solo el roce de la muerte, la tibieza  de la ingrata despedida y la calma de verla marchar con la dignidad de una reina.  


   DEDICADO A TODOS LOS QUE HEMOS PERDIDO A SERES QUERIDOS.