Con esa manera de amar tan tuya, entreverada y arrebatada,
rayando la inocencia velada, arañando sutilezas,
envolviéndome en arcanas ilusiones,
sintiéndome presa de susurros inventados,
arqueando palabras, rompiendo despertares,
enmudeciendo sátiras petulantes...
Con esa manera de amar tan mía, secreta y recóndita,
nunca olvidada, ahora muda, invisible,
siempre cercana, gallarda, enigmática, plácida...
Con esa manera de amar tan nuestra, dulce y afilada,
horneando ternura, esculpiéndole antojos a la vida,
amparándonos en las madrugadas en que tú ibas y yo volvía,
hermándonos con el ingenio...
Siete largos años han pasado...
Como un suspiro maléfico y electrizante,
como encantamiento sin ensalmo...
Siete años desdeñando algún impulso
que huele a ausencia desgarrada...
Siete años respirando tu destierro mitigado...
Siete años con tu vitalidad latente
en cada rincón de mi alma...
Siete años...
Qué bien expresado, los que hemos perdido a los padres nos sentimos emocionados e identificados en algunos párrafos. Gracias Sara. Un abrazo
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